Estás disfrutando de su paisaje, de su patrimonio, del clima más o menos benigno, del carácter de sus gentes… Ahora te dispones a seguir descubriendo la esencia local de esa comunidad que estás visitando. Y lo haces en el bar, pidiendo una cerveza.
Dependiendo de si te encuentras en el norte o en el sur, en la costa o en el interior, tu caña tiene más posibilidades de que sea Cruzcampo, o Mahou, o Amstel… Al igual que en las noches electorales el mapa de España se tiñe de los colores de las opciones políticas más votadas en cada comunidad, el sector cervecero cuenta con su propia representación geográfica por marcas.
En España se bebe una media de 47 litros de cerveza por persona al año, y el 64% de ese consumo se produce en los bares, según el informe Socioeconómico de Cerveceros de España de 2015. En estos locales, una marca se alza por encima del resto en función de la región de España en la que se encuentre.
En la mayoría de los casos, el liderazgo de una determinada enseña responde a razones relacionados con su origen. Es el caso de Cruzcampo, líder en el sur peninsular (Andalucía y Extremadura), zona, por otro lado, que, con un 21,5% del total, es la que registra un mayor consumo (¿será por eso de que la cerveza es lo que mejor quita “la caló”?). Pese a pertenecer ahora a un gran grupo internacional como Heineken, la marca es natural de Sevilla. Fueros los hermanos Tomás y Roberto Osborne los que, en 1903, decidieron crear su propia cerveza después de conocer el proceso de fabricación en un viaje a Alemania.
En el centro peninsular, son las cervezas Mahou-San Miguel las que triunfan. Originaria de Madrid, los grifos y tercios de la Mahou se han convertido en un clásico en las barras de cualquier bar de la capital pero también de ambas Castillas e, incluso, de La Rioja y Asturias. En los últimos años, no obstante, Alhambra, otra cerveza del grupo, ha comenzado a ganar terreno en la zona centro. «Ha pasado de ser una marca emblemática en Andalucía a ser valorada enormemente a nivel nacional», comentaba Patricia Leiva, directora de comunicación corporativa de Mahou-San Miguel en ABC.
La legendaria cerveza Águila triunfó en su momento en la zona de Levante. Hoy es Amstel, la marca a la que fue reconvertida tras su compra por el grupo Heineken, la que sigue liderando el mercado en la Comunidad Valenciana y buena parte de Murcia y Albacete. Gracias al trabajo de Publips-Serviceplan en los insights locales y vinculación con el territorio, Amstel es hoy en día una love brand en Valencia. De hecho, según un estudio de DataCentric, Amstel es la cerveza que consumen los ciudadanos de la Comunidad Valenciana y Murcia.
Del informe de DataCentric se desprende que “la impronta identitaria de la cerveza es innegable” y que “gallegos, aragoneses, catalanes, murcianos, andaluces y madrileños presumen de cerveza casi como de patrimonio cultural”.
Algo más al norte, en Cataluña, es Estrella Damm, con su rotundo posicionamiento mediterráneo, la que triunfa. En otras regiones españolas, la marca, fundada en Barcelona por el matrimonio alsaciano compuesto por August y Melaine Kuentzmann Damm a finales del XIX, ha conseguido una nada desdeñable penetración en el mercado con enseñas locales como Victoria, en Málaga; Keler, en el País Vasco, o Estrella Levante en Murcia.
Ambar, la marca de la compañía La Zaragozana, triunfa en Aragón, mientras que Estrella Galicia también sigue siendo profeta en su tierra. San Miguel, por su parte, es la más consumida en los bares de Cantabria, País Vasco, Navarra y Baleares *(los datos de Kantar no incluyen los relativos a Canarias, Ceuta y Melilla).
Aunque sea cual sea la marca, lo que está claro es la cerveza gusta, y mucho, en cualquier rincón de España. «Es la bebida social por antonomasia. Salir a los bares a disfrutar de unas cañas y unas tapas con amigos o familiares, a la hora del aperitivo o por la tarde y cualquier día de la semana, es un plan muy nuestro y se identifica plenamente con nuestra cultura mediterránea», explica Jacobo Olalla Marañón, director general de Cerveceros de España.
Según los datos que manejan desde esta asociación, los españoles consumen cerveza por su sabor y propiedades, porque la disfrutan en compañía y con algo de comer, y no por su contenido alcohólico. Un dato que explica que España sea el primer país productor y consumidor de cerveza sin alcohol, constituyendo esta el 14,3% del consumo de cerveza de nuestro país.