Los publicitarios siempre andamos obsesionados por la eficacia: buscamos, continuamente, mejorar los resultados en cada campaña. Por eso, cuando alguien descubre una práctica que aumenta la eficacia, todos escuchan atentos. Mucho más si, más que mejorarla, la multiplica por tres.
Las olimpiadas han sido siempre un extraordinario espectáculo publicitario, y las de este año en Brasil no serán una excepción: a partir de este próximo sábado, 6 de agosto, espectadores de todo el mundo seguirán a diario a más de 10.000 atletas que compiten por las medallas representando a su país, acompañados de un despliegue publicitario sin precedentes.
Diferenciación y personalización a través del packaging.
Coca-Cola, Nutella, Nike, Tous, Pandora… y ahora: Bud Light. ¿Qué tiene que hacer una marca para conquistar a sus clientes? Dirigirse a él de forma exclusiva. Conocerle y ofrecerle un producto que pueda hacer suyo. Personalizarlo.
Hace pocos días Marketing News se preguntaba en uno de sus artículos, con motivo de la reciente apertura de Mercadona en VItoria, cuántos vascos irían a comprar al nuevo supermercado. Una pregunta surgida a partir de un estudio de Kantar en el que lanzan algunas previsiones de ventas de la cadena en su plan de expansión por el País Vasco.
A la hora de diseñar una campaña publicitaria, deben tenerse en cuenta las diferentes costumbres y realidades locales. O lo que es lo mismo las diferentes realidades culturales de la región a la que dicha marca quiere embelesar con su producto. Y, por supuesto, no ofender a los foráneos. Estos son algunos ejemplos.
En la otra cara, catalanes, gallegos, asturianos y canarios, los más infelices. En estas cuatro Comunidades Autónomas, la infelicidad de los encuestados supera tasas del 50%. Los problemas económicos, entre otros factores, provocan un descontento con su calidad de vida.
8 de cada 10 vascos afirman estar encantados con su trabajo e incluso 6 de cada 10 sacrificarían parte de su salario por aumentar esa cuota de suma felicidad. Disfrutar del trabajo que se realiza y de un buen ambiente, la clave para volver acudir a trabajar con una sonrisa.
